lunes, 2 de marzo de 2020

EL TIEMPO ES CORTO


EL TIEMPO ES CORTO 


El día de ayer recibimos la noticia de que nuestra hermana Marta en la ciudad de Leticia había fallecido, después de varios años cargando con un cáncer que le venció la batalla. Aunque nuestra hermana Marta era una señora de edad avanzada, siempre quisimos tenerla más tiempo con nosotros, pero no fue posible. Tenemos sentimientos encontrados: por un lado tenemos tristeza por su partida, por otro lado somos consolados en que la hermana descasa en paz. Pero lo que vale la pena recordar en este momento, es que tenemos un tiempo corto en esta vida. 

La vida del ser humano es efímera 

El Sabio Salomón afirmó “ha puesto eternidad en el corazón de ellos” (Ecle.3:11) dando entender que el anhelo del ser humano es ser eterno, aun así no lo logramos. El hombre se afana por encontrar la cura a la Muerte, o como lo han llamado algunos la fuente de la eterna juventud, aun así no lo han logrado. ¿Cuántos entregarían todo lo que tienen por obtener la fuente de la vida eterna? Por otro lado hay quienes viven como si ya fueran eternos, pero paradójicamente la vida nos está recordando constantemente que la muerte está cerca “respirándoles en la nuca”. Por eso el Salmista escribió “Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.” (Sal 39:4-7) 

Jesús en una ocasión hablo sobre los afanases de esta vida y dijo que por mucho que una persona que se preocupe no podrá añadir una hora más a su vida. (Mateo 6:27 LBLA) nos preocupamos por planes a larguísimos plazo como si el tiempo nos perteneciera. Jesús dijo una historia que tal vez nos haga pensar en lo insensato de preocuparnos en un futuro que no está en nuestras manos “También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde almacenar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿para quién será?” (Lc. 12:16-20 RVR1977) el problema en si no es el hacer planes, el texto aquí más bien nos hace reflexionar en lo terrible que es pensar que la vida nos pertenece y que en nuestros planes de existencia en este mundo no incluimos a Dios quien es el verdadero dueño de la vida. 

De este mismo problema habla Santiago “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala” (Stg 4:13-16) nuevamente vea aquí la situación de personas planeando de la vida como si les perteneciera, olvidando a Dios quien da la vida. Ahora bien, la enseñanza en este texto no es simplemente decir “si el Señor quiere” como si esta frase fuese un amuleto, sino el de reconocer que Dios es el dador de la vida “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. Esto implica reconocer lo débil de somos, y que todo depende de Él. 

¿En que gastamos la vida? 

La pregunta que viene ahora es interesante, pues eso demuestra que tan claro tenemos el concepto de “si el Señor quiere, viviremos” la pregunta es ¿en que gastamos la corta vida que tenemos? Muchas personas creen que vivir la vida al máximo es entregarse a los placeres. En una ocasión Salomón trato de buscar el sentido a la vida desde el punto de vista humano. Lo primero que indagó fue el camino del placer “Entonces me propuse esto: «Voy a divertirme y a probar los placeres y todo lo que es darse la gran vida», pero esto tampoco resultó tener sentido. Es una tontería pasarse todo el tiempo sonriendo; no hacer más que divertirse no sirve de nada.” (Ecl 2:1-2 PDT) los placeres son pasajeros y no dejan ningún fruto. Como dijo Salomón es una vida de tontería. 

Luego busco acumular conocimiento “Luego volví a considerar la sabiduría, las estupideces y tonterías. ¿Qué más puede hacer el sucesor de un rey sino lo que ya se hizo antes? Vi que la sabiduría es mejor que la estupidez, así como la luz es mejor que la oscuridad. Un sabio usa su mente así como usa los ojos para ver por dónde va. En cambio, un tonto es como el que camina en la oscuridad. Sin embargo, también me di cuenta que el tonto y el sabio terminan de la misma forma. Entonces pensé: «Si el tonto termina igual que yo, ¿de qué sirve la sabiduría? ¿Qué he ganado con esforzarme tanto por ser sabio?» Me di cuenta de que eso tampoco tiene sentido. Tanto el sabio como el tonto van a morir y nadie se acordará de ninguno de ellos. En el futuro, la gente se olvidará de todo lo que hicieron, así que tanto el sabio como el tonto vienen a ser lo mismo.” (Ecl. 2:12-16 PDT) nuevamente, el acumular conocimiento no es la razón o el motivo de nuestra existencia. Ciertamente el conocimiento es necesario, pero no es lo que le dará a usted una vida plena porque tarde o temprano todos vamos a morir. 

Pero ¿qué del trabajo y acumulación de bienes? Eso sí que le da sentido a la vida “Odié todo el trabajo que había hecho bajo el sol, pues al fin y al cabo todo eso tendría que dejárselo a mi sucesor. Y pensé: « ¿Quién sabe si ese va a ser un sabio o un tonto? Y será dueño de todo lo que conseguí con tanto trabajo y sabiduría. Eso tampoco tiene sentido». Así que me deprimí mucho al pensar en todo el trabajo que había hecho bajo el sol, porque uno trabaja con sabiduría, entendimiento y dedicación para finalmente dejárselo al que no trabajó para conseguirlo. Eso está muy mal y no tiene sentido” (Ecl 2:18-21 PDT) note algo interesante: todo estos caminos no tienen buen resultado porque ninguno puede evitar la muerte ni tampoco continúan después de ella. Es por eso que el Sabio concluyo así este libro “Ahora bien, ¿qué enseñanza se puede sacar de este libro cuando todo ya está dicho? Que lo mejor que un ser humano puede hacer es tener temor de Dios y obedecer sus mandatos. Dios conoce todo lo que hace la gente, lo bueno y lo malo, hasta lo más secreto; y él será quien juzgue” (Ecl 12:13-14 PDT) 

¿Cómo aprovechar el tiempo? 

Si el tiempo es corto ¿qué podemos hacer? “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efe 5:15-16 RV1960) la exhortación es aproveche el tiempo corto que tiene. ¿Pero cómo aprovecho el tiempo? “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”. (Efe 5:17 RV1960) la mejor manera de aprovechar el tiempo que nos queda es ocupándonos en hacer la voluntad de Dios para nuestra vida. 

La voluntad de Dios es clara: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1Ts 4:3) Dios nos invita a renunciar el pecado, pues no quiere que nadie perezca, sino que se arrepienta de sus pecados (2P.3:9) El Señor no se alegra que el Hombre se pierda por eso cada día que Él nos regala es para que lo aprovechemos en nuestra santificación, para que su vida no termine con la muerte. 

La vida en cristo es la única que transciende a la muerte “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.” (Apo.14:13) necesitamos aprovechar el corto tiempo que tenemos en esta vida en lo que realmente tiene frutos eternos. No desperdicien su vida.

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